A estas alturas ya todos sabemos (o deberíamos saber) cómo proteger nuestra piel del sol, la de adultos y pequeños, requiriendo esta última de mimos específicos por ser especialmente sensible. Pero muchas veces nos olvidamos de cuidar la piel de los niños y niñas después de haber estado expuestos al sol- durante un periodo más o menos largo- a no ser que veamos que hemos tenido algún tipo de reacción como pueda ser enrojecimiento o hinchazón-algo que podría indicar una alergia al sol- dolor y rojez por una quemadura cutánea… Etc.
Sobre todo nos mostramos preocupados por estos cambios en la piel si les sucede a nuestros hijos e hijas, tal y como nos pasó no hace mucho estando de viaje con Gololo. El peque sufrió una quemadura solar y tuvimos que acudir de inmediato a una clínica de dermatología privada en Barcelona.
Así que ahora, además del cuidado que ponemos en el «ritual crema» antes y durante la exposición al sol, también hemos aprendido la importancia de cuidar la piel de toda la familia después, aunque no haya, aparentemente, signos tan alarmantes de daño como lo son las quemaduras.
Cómo cuidar la piel de nuestros hijos tras el sol
Ducha
Por regla general sol-playa o piscina-sol van unidos, así que los servicios de dermatología infantil recomiendan darse una ducha fresquita tras haber disfrutado de un día lleno de juegos y diversión (o estrés, eso ya cada uno… Ja, ja, ja, ja) en el mar o en la piscina, para deshacernos de los restos de sal, cloro y cremas protectoras solares. Esto producirá un efecto calmante que la piel agradecerá, sin duda.
After Sun y cremas hidratantes
Después necesitaremos reparar la piel con los denominados productos aftersun ya que llevan elementos con propiedades calmantes del eritema (enrojecimiento de la piel debido al aumento de la sangre contenida en los capilares por el calor, entre otras causas). Los aftersun pediátricos, al igual que los que utilizamos en pieles más adultas, aminoran los efectos tóxicos de la radiación ultravioleta como son la sensación de tirantez o el enrojecimiento; hidratan, calman y reparan la barrera cutánea ayudando a regenerar más rápidamente la piel. Es interesante elegir aquellos que llevan en su composición aceites naturales como la rosa mosqueta y el argán.
Como recomendación te indicaré que una gran elección son los aftersun BIO, cuyos ingredientes son naturales y no contienen parabenos ni otros elementos que puedan provocar reacciones cutáneas como serían las irritaciones a causa del alcohol o los perfumes. Esta opción no es solo ideal para las pieles de los más pequeños de la casa, sino que es recomendable para toda la familia.
Recordemos siempre que la piel de nuestros hijos e hijas es mucho más delicada que la nuestra ya que la capa más externa es aún más delgada; la barrera protectora no está completamente formada, siendo más vulnerable a los efectos del sol. Así que concienciémosles de la importancia de llevar siempre algún tipo de protección (incluso en invierno) y de que tras la exposición al sol han de «alimentar» a su piel bebiendo abundante agua e hidratándola con productos específicos lo más naturales posibles.
¿Qué aftersun pediátrico utilizáis en casa? ¿Han sufrido tus peques alguna vez quemaduras por el sol?
3 Comentarios
Marta
21/09/2019 11:47 amEl sol es algo que últimamente estamos dejando a un lado… sin embargo es crucial en la salud (no solo la del bebé, si no la nuestra).
Gracias por compartir el artículo y espero que se vaya tomando más conciencia aún!
Nessa
20/11/2019 6:31 pmMuchas gracias a ti por leernos y pararte a comentar. Un abrazo.
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