Las ventajas de las bicicletas sin pedales

Las ventajas de las bicicletas sin pedales

Montar en bici es una de las actividades que más gustan a los niños. Disfrutan, juegan y tienen una sensación de libertad y diversión que les hace sentirse estupendamente haciendo «cosas de mayores». Para los más pequeños, una buena elección es optar por bicis sin pedales como la primera toma de contacto con esta actividad.

Los menores no nacen enseñados y tienen que realizar un proceso de aprendizaje. Las bicis sin pedales son la mejor opción para que aprendan y se preparen para el salto a la bicicleta normal. Es una herramienta idónea para que los niños se quiten el miedo y empiecen a circular. Se sienten cómodos y seguros en esta primera experiencia con una herramienta que, si les gusta, la van a utilizar durante el resto de su vida y por supuesto en toda la infancia.

Las bicis sin pedales están preparadas para los más pequeños con todo tipo de detalles que aseguran su estabilidad y buen funcionamiento. Suelen tener dos ruedas y un manillar, además del resto de estructura básica de este tipo de vehículo, a excepción de los pedales. Los niños llevan la bici andando, pero deben cogerse al manillar. Durante este proceso observan como, al andar, las ruedas giran. De esta manera, empiezan a conocer de primera mano el funcionamiento de una bicicleta. Este aprendizaje será de gran ayuda para cuando crezcan un poco y tengan que utilizar las bicis convencionales, ya con pedales y sin el apoyo en tierra.

La oferta de estas bicicletas sin pedales es muy amplia. El público puede encontrar modelos para diferentes edades y de diferentes marcas (en la web MejoresMarcas tienes una guía de las mejores opciones para distintos presupuestos), ya que la iniciación en esta actividad puede abarcar un amplio rango de perfiles. Las hay para los más pequeños, de uno a 3 años, así como para niños de mayor edad. Las opciones para elegir una bici sin pedales son muchas, con todo tipo de colores y algunos complementos como la opción de portar una cesta. Incluso hay algunas bicicletas que tienen dos ruedas traseras para asegurar una mayor estabilidad del menor. Gracias a este amplio abanico de opciones, es muy fácil encontrar aquella que más se acerque a los gustos de los papás y el niño. El coste de las bicicletas sin pedales es bastante económico y muy razonable de acuerdo con la calidad del material y las posibilidades de mejora que ofrece a los niños. Se pueden encontrar modelos desde 50 euros.

Además de un diseño moderno, numerosos colores entre los que elegir y los complementos; las bicis sin pedales destacan por su seguridad y confort. El niño se sentirá absolutamente cómodo y podrá jugar con esta herramienta, mientras los padres asisten a uno de esos recuerdos de la infancia de sus hijos que siempre recordarán con la garantía de que el pequeño está completamente seguro montado en el sillín. Algunas de las bicis sin pedales ofertadas no tienen frenos y éste es un factor muy importante que los papás deben en tener en cuenta para explicárselo a sus hijos, ya que son ellos los que deben frenar con los pies. Es una tarea sencilla que los pequeños aprenden rápidamente.

Cómo utilizar la bici sin pedales

Antes de nada les explicaremos a nuestros peques la importancia de utilizar el casco en cualquier actividad que realicen como montar en bici, patinete, patines, monopatín… etc. Así comenzarán a interiorizarlo y a usarlo de manera mecánica.

Mediante el uso de estas bicicletas, los niños aprenden técnicas físicas que serán determinantes durante su crecimiento como el mantenimiento del equilibrio y la coordinación. Además, está actividades permite realizar una transición suave y mejor desarrollada hacia las bicicletas convencionales.También es importante conocer el proceso de adaptación a este juguete para explicárselo con detalle al menor. La posición de partida es el primer paso. Los niños deben estar sentados en el sillín, con los pies en el suelo y las rodillas un poco flexionadas, y las manos apoyadas en el manillar. La primera conducción la realizará sobre una línea recta para que empiece a conocer el funcionamiento. Una vez circula con solvencia, entonces hay que pedirle que se deslice en la bicicleta mientras camina. Cuando realiza este movimiento de forma correcta, está también aprendiendo a mantener el equilibrio. Este ejercicio debe realizarlo de forma progresiva, aumentando cada vez más la intensidad.

El siguiente paso es enseñarle a frenar con los pies. Cuando domina estas dos acciones, entonces hay que aumentar un poco la dificultad. Es el momento de coger curvas y enseñar al niño que debe realizarlas girando el cuerpo y cambiando la dirección de los pies, haciendo hincapié en que no vale únicamente la acción de mover el manillar. Ya está cerca de controlar perfectamente el uso de una bici sin pedales. Ahora debe demostrar todas estas habilidades sobre un tramo con una cierta pendiente. Son pequeños y están descubriendo la vida, así que no hay que presionarles.

Realizando este proceso, en el futuro probablemente necesitará apenas un par de días para subirse a una bici normal.

¿Han utilizado tus peques este tipo de bicicletas sin pedales? ¿Qué tal el cambio a la bici de «mayores»?

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