Cómo no hacerlo, ¿verdad? Ponerse una serie de metas, de propósitos de año nuevo. Es todo un clásico, como empezar las colecciones por fascículos del kiosko en septiembre (¿has terminado alguna?). Dicen que lo importante es no hacer una lista enorme de propósitos porque por el camino dejarás de hacer algunas cosas y ese sentimiento de fracaso afectará a otras…