Sí, el 28 de julio de 2014 fue ayer. A punto de terminarse el mes y a veinticinco días de su prevista llegada al mundo va Lentejita y decide que ya no tiene sitio en el pisito alquilado a su mamá; que la tarde que han pasado en la playa de Llanes le ha dado envidia y que va a salir.

Y punto.

Y como aquí los que deciden son ellos: sale, por supuesto. Tras un parto largo, que os contará ella en un futuro post, aparece el protagonista de ese #diariodepremamá, del que algunas lleváis semanas leyendo y recordando cositas de vuestros embarazos.

Desde la distancia vivimos los minutos lentamente, así que esas más de doce horitas de parto, para los que estábamos en Madrid, fueron más de un día.... Gracias a las tecnologías estaba informada a través de Jota de lo que iba pasando, cuando el pobre tenía un rato o no había nadie en el paritorio que le dijese que lo de "wasapear" estaba prohibido.

Pero ya, por fin, contamos con un nuevo miembro en la familia: un nuevo bisnieto, un nuevo nieto, un nuevo sobrino-nieto, un nuevo primito,un nuevo sobrino y sobretodo: un HIJO para mi hermana y Jota.

Si la distancia tiene muchos momentos dolorosos este: el nacimiento de un bebé, es uno de los peores. El no poder cogerte un taxi para acercarte un ratito al hospital a verle la carita, para darle un besazo a esa hermana que es y será tu mejor amiga y que ha sido una verdadera campeona... Así que nos tocará esperar un poquito para ir a acariciar esa piel nueva de Lentejita, coger su mano y mirarle durante ratos eternos pensando en que el darle vida a alguien, el crear algo así, es lo más maravilloso que el ser humano puede hacer.

Toca tatuarse esta fecha en el corazón: 28 de julio de 2014.

Bienvenido, mi niño.