L@s que hayáis entrado durante estos días en el blog habréis visto un nuevo icono en la parte derecha....

Pues sí, como si de una reunión de alcohólicos anónonimos se tratase, confieso: SOY MALA MADRE. ¿Y cuándo lo he descubierto? Pues, sin ir más lejos, estas mismas navidades.
Confieso que ha sido como si el tiempo volase, literalmente, y a mí no me ha dado tiempo a preparar nada con los peques. Tampoco le habría dado mayor importancia a este hecho de no ser porque, desde que cree el blog, me he dedicado a leer los diarios de otras bloggeras... ¡Y qué maravilllas! Maravillosas fotos, maravillosos sitios que han visitado con sus hijos, maravillosas meriendas, maravillosas actividades con ellos, maravillosas decoraciones navideñas que han hecho en sus casas...¡oh! Todo tan perfecto que, claro, una se para a mirar lo suyo y no le ve el mismo encanto.
En vez de las hermosuras de árboles (naturales) que he visto por los blogs, nosotros pusimos el de plástico de todos los años, con sus llamativos espumillones y sus luces del chino en vez de nórdicas guirnaldas con palomitas. Colgamos por la casa tooooodo lo que los niños habían ido haciendo tanto, en el cole como en la guarde y algo más.
No hemos preparado galletas, ni montado casitas de genjibre, ni hemos hecho fabulosos calendarios de adviento, no hemos visto la película de Frozen... ¡Ni tan siquiera les dejamos un piscolabis a los Reyes Magos!
De modo que al ver lo poco “madreperfectaymaravillosalaqueledatiempoatodo" que he sido en estas fiestas he decidido incluir el logo de un blog, con el que me siento muy identificada, en el mío. Porque siempre que lees las aventuras de LA NIÑA SIN NOMBRE Y SU MALAMADRE se te dibuja una sonrisa en la cara; porque todas necesitamos nuestros ratos a solas, sin niñ@s; porque todas metemos la pata con los peques (¡nadie tiene el libro de instrucciones!); porque todas terminamos en el chino buscando un disfraz de última hora tarde o temprano...
Os invito, madres, a echarle un vistazo, sobretodo a sus tips diarios... ¡Ya no estamos solas! ¡Ya no somos unas incomprendidas! ¡Ja,ja,ja!
(No obstante, mis enanos Gololo y Toin se lo han pasado pipa y han disfrutado mucho de sus vacaciones, de sus papás, de primos, abuelos y bisabuelos, de amigos, de Cortylandia, de Diverplay, del centro de Madrid, de tardes de chocolate, de siestas, de cuentos y pelis, de juegos de Wii... Ellos son más sencillos y no se complican tanto como nosotros los adultos.)