Tienes un montón de anotaciones en la agenda que no prosperan. Tienes otras tantas intenciones que ni constan en tus notas pero que llevas de cabeza: aquellos debería de, aquellas reposiciones de cosas que mantienes porque no tienes aún el repuesto y te incomoda verlas, aquellas llamadas pendientes que has demorado tanto que ya no tienes argumentos simpáticos para realizarla, algún acto de cuidado personal que al no estar programado lo vas posponiendo esperando un minuto de decisión para comprometer una cita, llamar a aquel técnico para reparar cualquier tema en casa que no es crucial pero es fastidioso, organizar el garaje donde va a parar todo de toda la familia fuera de la vista… y más.
¿Eres consciente de la cantidad de energía que te merma el llevar toda esta lista de temas pendientes arrastrando? No actuar tiene inconvenientes, te afecta, es un riesgo continuar en esta línea de tolerancia, cada vez te faltará más motivación y entusiasmo.
Tú eres responsable de los resultados que obtienes en tu vida. En tu cotidianeidad aceptas muchas fugas de energía que por efecto acumulativo acaban siendo mucha energía y no eres consciente de ello. Suele depender de ti y realmente podrías suprimirlo.
Actuar con determinación para reducir todas estas situaciones incómodas te facilitará unos beneficios inmediatos, como mínimo una sensación de no perder el tiempo y sentirse actor de tu propia vida, seguramente estarías más relajada y de mejor humor.
Aunque no me refiero simplemente a temas materiales, físicos… pero no me dirás que no sienta fenómeno ¡hacer baldeo!
Comienza por identificar tus parásitos…
– Relaciones personales: familia, amigos, compañeros…
– Trabajo: nuestro despacho (desorden, ruido, aire…)
– Hogar: bombilla rota, mueble viejo para tirar, puerta que hace ruido… – Coche: hay que limpiarlo, llevarlo al taller…
– Salud: comida, ejercicio, ir al médico…
Anna M. Sells
Psicóloga y Coach
www.Kolamco.com
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