Hay cuentos que parecen escritos especialmente para uno. Y no, no me estoy refiriendo a los libros personalizados, sino a cuentos que llegan a tus manos (porque ellos te eligen) y resulta que casi, casi están hablando de tu vida, de tus costumbres, de tus gustos... Así se presentó "historia de un calcetín desparejado", de la editorial La Fragatina.

Puede que piense que el cuento parece escrito para nosotros porque en casa haya un cajón especial para tooodos esos calcetines que se quedan sin pareja... Pero no, la historia va mucho más allá. El caso es que "historia de un calcetín desparejado" nos cuenta cómo se siente de perdido un calcetín deportivo al haberle abandonado (sí, sí, abandonado, con premeditación y alevosía) su compañero de vivencias. Lee una y otra vez la carta que aquel le dejó, sintiéndose cada vez menos útil y con un sentimiento de total incertidumbre hacia su futuro más cercano.

El resto de calcetines, lejos de ser compasivos y empáticos, comienzan a susurrar a sus espaldas que ya no sirve para nada, que terminaron sus días de gloria, los días de jugar al pádel con su dueño... Y he aquí el motivo por el que "historia de un calcetín desparejado" es para nosotros ;): Marido juega al pádel también y, al igual que el dueño del pobre y solitario calcetín, lo hace los martes y jueves (y alguno más), a la misma hora y... ¡usa el mismo número de calzado! ¡No pudimos parar de reír ante la coincidencia!

Con ese desalentador panorama, el calcetín ve muy claro su futuro... Terminará en el cubo de la basura como todo aquello que ya no sirve, porque ¿qué utilidad tiene un único calcetín? Un calcetín sin su pareja, desparejado, ya no sirve para nada...

Pero un día, el hijo del dueño abre el cajón de los calcetines y comienza a lanzarlos por la habitación. Nuestro solitario protagonista termina sobre una lámpara y cuando es rescatado por su serio dueño padelista ve cómo, contra todo pronóstico, su destino final no es el horrible cubo de basura... ¡Ahora su vida será mejor!