diario de una premamá

Diario de una premamá (24)

jueves, septiembre 25, 2014

ESPEREMOS QUE SIGA SIENDO NIÑO

Cuando vamos a hacernos la última ecografía me siento un tanto extraña, es uno de los últimos pasos. Sé que la cuenta atrás ha comenzado hace ya unos cuantos meses pero acudir a las “últimas citas” significa que a esa cuenta atrás le faltan pocos dígitos. Dentro de pocos meses seremos padres. De repente, da vértigo.


Estoy pensando en ello tumbada en la camilla mientras la tocóloga pasa el ecógrafo por mi mega panza. Insiste varias veces por la parte superior de la barriga. Tras un buen rato, su cara denota frustración. Pasa a darme golpecitos en la zona, y va incrementando la fuerza con la que los da. Tras otros cinco minutos y ya con gesto de derrota en el semblante nos gira la pantalla y nos dice que lleva un buen rato esperando a que Lentejita descruce las piernas pero que no está por la labor. “Esperemos que siga siendo niño” añade. Jota y yo nos miramos atónitos. “¿Cómo? ¿Qué? ¿Existe esa posibilidad?”.  He escuchado que hay casos en los que una niña resulta ser un machote al nacer pero no al revés. Lo que más me preocupa es que he lavado, planchado y colocado en el armario como una tonelada y media de ropa de bebé MACHO, no HEMBRA. Me imagino en el paritorio gritando a la matrona: “¿Qué es? ¿Qué es? ¡Si es niña no tiene modelito ni para salir del Hospital!”

Dejo de fantasear y presto atención a lo que nos está explicando la tocóloga: que si esto es un brazo, que si lo otro es la cabeza, las piernas… En esta ocasión confieso no reconocer nada de nada. No sé si el hecho de haberle visto tan claro y definido  en la ecografía 4D me ha provocado ojo vago o que directamente me han subido las dioptrías, pero no, en esta ocasión no identifico nada de nada. Espero que al menos Jota consiga ver algo, aunque según le miro apuesto a que él también sigue rumiando lo de “Espero que siga siendo niño”.


Pocos días después comienza mi curso de premamá.  Lo primero que nos dice la matrona es que no habrá clases las dos próximas semanas porque se va de vacaciones.” ¿Perdón?” Se me escapa en alto y es que no quepo en mí de la sorpresa:  me inscribió en un cursillo que ni siquiera podría acabar y ahora, ¿se retrasa otros 15 días?, pero, ¿cuántas vacaciones tiene acumuladas esta señora? Mi cara tiene que ser un cuadro porque empieza a explicarme que resumirá varias clases en una, pero que hoy se centrará en explicarnos las fases del parto y que hablaremos de cómo nos sentimos estando embarazadas. “Pues ahora mismo un poco puteada señora” pienso para mis adentros, y digo en alto, quizá con un tono un poco amenazante: “Pues en la segunda clase ya me puedes ir explicando cómo respirar, que para dentro de quince días  habré llegado  a las 37 semanas de gestación y  Lentejita puede salir cuando quiera”.“No te preocupes, mujer” me dice “ Yo te lo explico en la próxima clase, pero el bebé no tiene por qué nacer antes de salir de cuentas. Ya verás cómo se queda dentro hasta la semana 40, tranquila”



Una semana después, justo cuando recojo el informe médico del Hospital en el que me han llevado el embarazo para trasladarlo al centro al que he pedido el traslado, Jota me pregunta si he preparado la bolsa del Hospital. “No, aún no” le contesto. “Pues va siendo hora” replica. Me da pereza y …. vértigo. 

Hacer la maletita es arrancar de cuajo otro dígito a la cuenta atrás. Pero decido hacerla cuando cumplo la semana 36, justo cuando compro un pijama para Jota en el que  aparece un muñeco de un niño abrazado a la pierna de un adulto junto a la palabra “Papá”.

Será un magnífico regalo para Jota en la primera noche que pasemos en el Hospital.


Te puede interesar también

2 Comentarios sobre el post

  1. Ayyy que ilusión!!! Si por mi fuera me volvía a preñar.... ainss cómo te envidio!!!
    Besotess

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jejejejeje! Tiene fácil solución :p. Un beso!

      Eliminar

Y tú, ¿qué opinas? ;)